¡Aún dicen que el pescado es caro!


Este emblemático cuadro, sin duda el más famoso entre todos los pintados por Sorolla durante su juventud con argumento social, es también ejemplo fundamental de la inmersión del artista en este género, entonces de plena vigencia en los ambientes artísticos oficiales madrileños, en los que Sorolla se propuso lograr sus primeros reconocimientos públicos. Además, es seguramente el más sentido de todos ellos en la hondura de su significado, por representar un asunto tan sensible a las vivencias de las gentes de su tierra natal, logrando con él una de las escenas más emocionantes de la pintura española del realismo social de fin de siglo.

Tras el éxito obtenido en 1892 con ¡¡Otra Margarita!!, Sorolla revalidó de nuevo con esta pintura otra primera medalla en la Exposición Nacional de 1895, donde fue presentada por el artista junto con otros trece cuadros, en su mayoría retratos. Muestra el interior de la bodega de una barca de pesca, en la que un joven marinero, apenas un muchacho, yace tendido en el suelo tras sufrir un accidente durante la faena. Con el torso desnudo, del que pende una medalla, amuleto devoto de protección de los pescadores contra las desgracias, el joven es atendido cuidadosamente de sus heridas por dos viejos compañeros de labor, con el semblante serio y concentrado. Uno de ellos le sujeta por los hombros, mientras el otro, cubierto por una barretina, le aplica una compresa en la herida, que acaba de mojar en el perol de agua que se ve en el primer término.

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¡Aún dicen que el pescado es caro!


¡Aún dicen que el pescado es caro! es una pintura realizada por el artista español Joaquín Sorolla en el año 1894. Se encuentra expuesta en el Museo del Prado de Madrid.

Es una obra que se encuadra dentro de la primera etapa de la producción del pintor y puede incluirse en el género denominado realismo social. Obtuvo una Medalla de Primera Clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes (España) celebrada en el año 1895. Ese mismo año fue adquirida por el estado español.

El título del cuadro procede de la novela Flor de Mayo escrita por Vicente Blasco Ibáñez que se desarrolla en las playas del barrio del Cabañal en Valencia. En uno de los pasajes, muere en el mar un pescador llamado Pascualet y su tía se lamenta de lo sucedido mientras exclama: «¡Que viniesen allí todas las zorras que regateaban al comprar en la pescadería! ¿Aún les parecía caro el pescado? ¡A duro debía costar la libra…!»

La escena que se representa muestra a dos pescadores mientras atienden a un tercero que ha sufrido un accidente; este se encuentra con el torso desnudo y de su cuello pende una medalla, que probablemente corresponde a la Virgen del Carmen, protectora de los hombres del mar. Alrededor de los personajes pueden observarse diversos objetos habituales en el interior de las embarcaciones: un candil, un tonel para el agua dulce, cuerdas y varios peces.