La siesta


“La siesta” es una muestra de la calidad del pintor en un momento de plena madurez. Con un punto de vista en pronunciado picado, esta obra fue pintada durante la estancia veraniega de la familia en San Sebastián. Las cuatro figuras pertenecen a la mujer del pintor, sus dos hijas y una prima de éstas. La distribución de las mismas y el ritmo ondulante de las pinceladas componen una escena dinámica.

La escena se compone a base de largos brochazos en la zona del césped, mientras que en las figuras recurre a una pincelada cargada para acentuar el volumen de los rostros y los pliegues de sus vestidos.