Mis hijos – 1904


Nos presenta a los tres hijos del pintor: de Joaquín, y sentadas María, la mayor (a la izquierda), y Elena, la más joven (a la derecha). La presencia del lienzo en varias exposiciones internacionales en vida del pintor, denota la importancia que Sorolla le atribuía, más allá de la familiaridad de la escena, como muestra de sus progresos y de su madurez artística.

Sin duda Sorolla pensaba en Velázquez cuando quiso convertir un retrato familiar en un cuadro ambicioso capaz de trascender ese ambiente íntimo. Repetidas veces se ha señalado en este cuadro la inspiración de Sorolla en Las meninas, principalmente por la situación del grupo en un espacio que se desarrolla por detrás de él en gran profundidad, por la presencia del lienzo preparado para el retrato en un margen del propio cuadro, y por y la intensa sugestión atmosférica; así como su relación con otro famoso retrato de grupo a su vez inspirado en Las meninas: Las hijas de Edward D. Boit, pintado por John Singer Sargent, que se expuso en el Salón de París en 1883 y Sorolla pudo conocer.