Museo Sorolla. Un mundo dentro de un mundo

Un jardín en el centro de Madrid. Dos sonidos se mezclan. La de los agresivos vehículos que transitan las calles y la de una sutil corriente de agua que inunda una pequeña fuente. Dos sonidos, dos mundos. Esta es la historia de Juaquín Sorolla, su familia, su mundo.

Monja en oración

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En la Exposición Regional de Valencia de 1883, Sorolla obtiene con Monja en oración su primera medalla de oro. Esta obra, como tantas veces se ha repetido, está inspirada en Santa Clara en éxtasis, un cuadro de su maestro Francisco Domingo.

Probablemente, fue su primer biógrafo, Rafael Doménech, quien habló de esta inspiración que para él no suponía más que «la influencia natural ejercida por un maestro de prestigio en un artista incipiente». Y continúa Doménech: «Domingo había sugestionado a los artistas valencianos. Se dibujaba a la manera de Domingo en la clase del natural de la Academia de Valencia, y en su clase de colorido se pintaba a la manera de Domingo». Aunque esta influencia dura poco, no ocurre así con la admiración que Sorolla siente por su maestro, a quien sigue recordando cuando prepara su discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid: «Domingo fue el faro que iluminó la juventud de mi tiempo no sólo en Valencia, sino en toda España. Reunía todas las cualidades del artista soñado», y añadía: «¡Tanto amé al hombre, cuanto admiré al artista!».

Amanecer. Playa de Valencia

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«Amanecer. Playa de Valencia» de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson es uno de los veinticinco cuadros que Sorolla pintó en Valencia en 1907, poco antes de Navidad. A pesar de ser un cuadro de playa, en él no está presente el sol.

Está pintado justo antes del amanecer. Aunque la obra se centra en el mar y no aparece la línea del horizonte, en el rompiente de las olas se adivina que ya clarea. La calidad de luz de esta obra y la delicadez a del ambiente que la rodea dan a la composición una sensación de paz, serenidad y también de cierta melancolía, poco común en sus obras de mar.

Blanca Pons-Sorolla en «Pedro Masaveu. Pasión por Sorolla»

María mirando los peces -1907

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«María mirando los peces», 1907. Pintado durante la estancia de la familia Sorolla en La Granja de San Ildefonso este cuadro muestra toda la elegancia de María la hija mayor de Sorolla que acaba de recuperarse de una gravísima tuberculosis. Su padre, feliz, la pinta numerosas veces durante ese verano

Playa de Valencia a la luz de la mañana – 1908

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Esta obra está pintada por el artista español Joaquín Sorolla y Bastida en el año 1908. Se trata de un lienzo pintado al óleo que en la actualidad forma parte de los fondos de la Hispanic Society of America situada en Nueva York.

De hecho en esta Hispanic Society of America se conservan algunas de las obras más emblemáticas de este pintor valenciano, y eso que estamos hablando de un pintor muy prolífico ya que se estima que la producción de Sorolla es amplísima, porque hoy en día se cuenta con más de 2.200 obras catalogadas con su autoría.

Idilio en el mar – 1908

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Idilio en el Mar ó Sea Idill como también se le conoce en inglés es una obra del pintor Joaquín Sorolla y Bastida, muy original en cuanto a su composición, la obra muestra una pareja de niños jugando en la playa de Valencia de mediados del siglo XX.

En esta obra que es de las más importante del autor, se pone de manifiesto la voluntad del artista de captar a plena luz la espontaneidad de los cuerpos infantiles.


La obra

Esta obra pintada durante el prolífico verano de 1908, está estrechamente relacionada con el agua y saliendo del baño al modelo de un tríptico en que al agua sería la escena anterior y saliendo del baño, la posterior. Como ellas muestra, en esta ocasión incluso en el título, la afectuosa relación entre ambos muchachos, pintados a partir de los mismos modelos.

El artista ensayó aquí en gran tamaño el motivo del desnudo del niño en el agua, que luego estudiaría en una de sus obras más conocida Chicos en la playa. Se planteó ya una composición de primer término donde la visión desde arriba hacia abajo permite al artista delimitar su escena por completo en el agua, de modo que la atención se concentra en la presencia de los cuerpos al sol , junto a sus reflejos y a la sombra que proyectan sobre el mar.

A pesar de la postura estática de ambas figuras, las dos diagonales paralelas que trazan y, sobre todo, el recorrido en torno a ellas del agua, que sugiere un placentero juego, dan movimiento a la composición.

La pintura, muy diluida en la representación del mar, en pinceladas largas y ondulantes que indican su movimiento, deja ver la trama y la urdimbre del lienzo y sugiere así la superficie de la arena apenas cubierta por el agua, en tanto que los toques más empastados aparecen en los brillos de los cuerpos.

El contraste entre las carnaciones anaranjadas del muchacho y los azules que le rodean, se hace más exaltado en el centro mismo de la composición donde el color rojizo de la figura de la niña hace resaltar el intenso violeta de la sombra de su cabeza iluminada a pleno sol del mediodía estival.

Playa de Biarritz – 1906

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Sorolla pinta esta nota de color en la playa de Biarritz. Es la primera vez que el pintor pasa junto a su familia el verano en esta ciudad del sur de Francia y como en viajes posteriores a San Sebastián, descubre allí una belleza plástica muy diferente a la que había visto hasta entonces en las playas del Mediterráneo.
Al contrario que en Valencia, donde los protagonistas de sus obras habían sido ante todo pescadores o trabajadores, en Biarritz, centro del veraneo más selecto, Sorolla plasma a las clases altas con sus mejores galas resguardadas bajo los toldos rayados o que pasean por la playa inundándola con el blanco de los vestidos vaporosos, los sombreros de gasas y las sombrillas.
En esta nota de color, Sorolla capta este ambiente, en el que sintetiza con un enfoque fotográfico el gesto del personaje, sorprendido en un momento de descanso, con una labor entre sus manos con la luz coloreada que se filtra a través del toldo rayado sobre la vestimenta y la arena.
En las playas de Biarritz como en otras ciudades del Norte, Sorolla realiza una mayor proporción de rápidos apuntes que cuadros de gran formato en gran medida debido a la gran afluencia de gente en la playa y a la constante variación del tiempo.